Energía

¿Qué es la eficiencia energética y cómo se calcula?

La eficiencia energética puede definirse como la optimización del consumo energético para alcanzar unos niveles determinados de confort y de servicio, por ejemplo, ajustando el consumo de electricidad a las necesidades reales de los usuarios o implementando mecanismos para ahorrar energía evitando pérdidas durante el proceso. En un país, disponer de un nivel adecuado de eficiencia energética permite, por ejemplo, aumentar la seguridad de que existirá un abastecimiento de energía suficiente para toda la población.

Qué es el certificado energético

El certificado energético es un documento en el que se mide la eficacia de un edificio con respecto al consumo energético. Este documento recoge datos como la gestión de la energía y las emisiones de CO2, entre otros. El certificado energético se realiza con diferentes objetivos: reducir el consumo de energía y hacer que el propietario o promotor de la vivienda conozca su consumo energético.

En cuanto al etiquetado de eficiencia energética, dependiendo del consumo energético de un edificio o producto a este se le podrá incluir el etiquetado de eficiencia energética para dar información al consumidor.

En estas etiquetas se mostrará una escala que evalúa la eficiencia energética a, b, c, d, e, f y g, es decir, las indica con letras, siendo «a» la más eficiente y «g» la menos eficiente. Aunque esta es la escala, realmente después de la letra A existen otras tres. ¿Sabes qué significa eficiencia energética A +, A++ y A++? Estas tres categorías son aquellas, dependiendo la cantidad de +, ahorran desde un 10% y un 45% de la media.

Cómo se calcula

La Norma ISO 50001 es uno de los principales estándares para medir y calcular la eficiencia energética, aunque, también, es muy utilizado el International Performance Measurement and Verification Protocol (IPMVP). Aunque estos y otros sistemas estiman, principalmente, la eficiencia en el uso de la energía de acuerdo a la productividad (es decir, que están pensadas, sobre todo, para las empresas), en el caso de los hogares se calcula en base al óptimo funcionamiento de equipos y de instalaciones comparados con un consumo bajo, lo que se traduce, finalmente, en un ahorro en el pago de las facturas de los proveedores de energía.

Dicho de otro modo, para averiguar si en una vivienda se realiza una adecuada eficiencia energética, hay que tomar en consideración distintos indicadores que miden los consumos de energía durante un periodo de tiempo determinado. La eficiencia energética está íntimamente ligada a la intensidad de la energía pero de modo inversamente proporcional: cuanta más intensidad energética utilicemos en el hogar, menor será la eficiencia eléctrica que estamos llevando a cabo.

Por qué apostar por la eficiencia energética en casa

Además de contribuir a mejorar el planeta o a abaratar nuestra factura de la luz (hasta en un 40%), apostar por una estrategia de eficiencia energética en el hogar puede proporcionar a la familia una serie de beneficios, como un menor ruido en las habitaciones (gracias a que se pueden tener las ventanas cerradas y se reduce la necesidad de utilizar aparatos de aire acondicionado), un incremento en las condiciones de habitabilidad de la vivienda (con temperaturas más uniformes todo el año) o disfrutar de ciudades más limpias (algunos edificios son, en la actualidad, un gran foco de contaminación).

Para conseguir una vivienda eficiente energéticamente es necesario implementar una serie de medidas que, en realidad, están al alcance de todos. Uno de ellas es conseguir una correcta climatización mediante el uso de un sistema de ventilación mecánico de doble flujo, con estancias que sean estancas entre sí, algo que, además de suponer un menor coste económico, a la largo plazo, también contribuye a nuestro bienestar y salud (eliminando aire viciado e introduciendo aire desde el exterior, filtrado previamente).

Otro de los elementos clave es lograr un consumo óptimo de los electrodomésticos, favoreciendo la compra de aparatos con etiqueta A+, A++, A+++. Por ejemplo, una simple bombilla de bajo consumo, aunque es cierto que puede llegar a costar dos veces lo que una bombilla normal, su vida útil puede triplicarse, lo que, en el largo plazo, supone un considerable ahorro en todos los sentidos. También el optar por lavavajillas, hornos o microondas eficientes. En el caso del aire acondicionado, cuyo consumo suele ser elevado, los ventiladores de techo pueden cumplir la misma función, recortando de manera significativa el consumo eléctrico.

Passive House

Un edificio con certificación Passive House o Passivhaus es una edificación de muy alta eficiencia
energética de bajo consumo energético (o nulo) y que garantiza un excelente confort.

Las categorías de certificación de un EDIFICIO PASIVO o CASA PASIVA son CLASSIC, PLUS PREMIUM dependiendo de la demanda de energía primaria renovable (PER) y de la generación de energía renovable (con referencia a la huella proyectada del edificio).

Así, un edificio de obra nueva con certificación CLASSIC tendrá una Demanda de Energía Primaria Renovable o PER, de 60 kWh/m²a, un edificio con certificación PLUS tendrá una PER de 45 kWh/m²a y una generación de Energía renovable de 60 kWh/m²a y un edificio con certificación PREMIUM tendrá una PER de 30 kWh/m²a y una generación de Energía renovable de 120 kWh/m²a.

Todos ellos requerirán que la Demanda Energética de Calefacción sea inferior a 15 kWh/m², que la Carga de Calefacción sea inferior a 10 W/m², que la Frecuencia de Sobrecalentamiento (25ºC) sea inferior a 10% ó que la Demanda Energética de Refrigeración sea inferior a 15 kWh/m²a (+0,3 W/m²aK TGH-horas de grado seco- en el caso de certificación CLASSIC o con deshumidificación en el caso de certificación PLUS y PREMIUM) y además, requerirán una Hermeticidad n50 inferior a 0,60 renovaciones/hora.

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